martes, 15 de enero de 2008

La vida en un segundo





15 de Enero - 13:32 hs. En la oficina. En el horario de almuerzo. Leyendo mis blogs amigos. Tranquila. Con vida.




El hombre... un punto imperceptible en la inmensidad del tiempo. Y aún conociendo esto, mantiene su empeño en creer que tiene "toda" una vida por delante. Y así nos pasamos la vida posponiendo la mayor cantidad de cosas posibles: ser mejores en otro momento, estudiar el año que viene, tomarnos un descanso el "siguiente" fin de semana largo, salir con la familia "cuando los días estén más lindos"... Y en el medio nos olvidamos de abrazar, de decir te quiero, de apreciar la gloria de la creación en un amanecer, de mirar a los ojos a esa persona que llena nuestra existencia, descubrir su alma, darle un beso...

Pero el destino a veces decide a la fuerza hacernos valorar. Nos muestra nuestra insignificancia, nuestra efímera existencia. Las décadas con las que especulamos, de un momento a otro se pueden transformar en una ajustada cuenta regresiva. Y en un último respiro, exhalamos nuestros planes y sueños hacia el cielo, formando nubes que dejarán caer lágrimas saladas y silenciosas sobre el mar. Secretos nunca revelados, palabras nunca dichas...

Hoy, cuando en mi almuerzo me encontraba inmersa en la lectura de este mundo que compartimos, un hombre entró a la oficina empuñando un objeto que con un simple movimiento, podría haberme herido, o matado. En pos de su afán por adquirir gratuitamente, aquello que los demás ganan trabajando con esfuerzo, juega a ser dueño de mi vida, apuntando a mi cabeza, aterrorizando mi corazón.

Y así, en esa escena de tensión, llegan a mi mente todas aquellas cosas que no hice, y algunas que hice, que harían de mi muerte una pena y de mi desperdicio del tiempo, un error desprovisto de redención.

Toman lo que buscaban. No me lastiman el cuerpo, pero ensombrecen mi alma. No se llevan ningún objeto mío, pero me roban ingenuidad y buena fe. Se van impunemente llevando aquello que para ellos tiene mayor valor que el riesgo de jugar con la vida de otras personas y sus respectivas familias. Se van, pero quedo con su imagen en mi retina, con el temblor de la vulnerabilidad y con ese gusto amargo del temor...

Quería compartir con ustedes esto que viví hoy. Porque pensar que todo puede acabar de un momento a otro no está mal, si nos hace realzar el valor de la vida. El tiempo es hoy, ahora... me encanta esa frase. Es simple, pero en pocas palabras enuncia aquella única cosa que ciertamente tenemos... este momento. Aprovechémoslo. Seamos buenos merecedores de este regalo que se renueva cada día... LA VIDA.

Gracias por pasar! Son importantes para mí.

miércoles, 2 de enero de 2008

Música para mis oídos


Son casi las 7 de la noche. El hecho de que sea un día miércoles me había puesto en duda. Bueno... eso y que estoy engripada, y que al otro día me tengo que levantar temprano, y que es fin de mes, y que es poco responsable de mi parte, y que... A pesar de los mil peros, me decido y voy!

Bajo de la estación de tren, camino esas dos cuadras y al doblar la esquina, me sumerjo en ese mundo color negro con destellos plateados de tachas y pierciengs. Camino por el borde de la fila buscando a mis amigos, y en cada encuentro con otro par de ojos, a pesar de no conocernos, puedo ver ese brillo expectante, la pasión compartida, el sentimiento, la admiración por ELLOS...

El auditorio es cerrado y oscuro. El escenario es alto, más alto de muchos que vi. El aire es distendido y liviano. Grupos hablando de temas banales, frescos, sintiendo el aire acondicionado que todavía tiene lugar para circular entre los cuerpos. Pero el tiempo sigue su paso firme, y ya sabemos que queremos... el comienzo, ya!

Ese motivo que nos arrastró allí, se hace notar, y sistemáticamente nos vamos enlazando y creando un nuevo aire. Una atmósfera que incube ese ritual, y nos haga estallar a 80 cm del suelo.
Y así... hechos un mar de gente, Ellos irrumpen en nuestra existencia, nos elevan y nos invitan a ser libres. Porque podemos gritar, porque podemos saltar, porque podemos reir y llorar. Porque no importa qué edad tenemos, ni de qué trabajamos, ni qué debemos hacer la hora siguiente. Simplemente somos... somos aquello que se nos ocurre ser...

De repente cantan la canción "Cuadros dentro de cuadros" y recuerdo esto, mi blog, a ustedes. Me dejo hipnotizar por las luces eufóricas y agudizo mi oído hasta que las estridentes melodías llenan mi alma y me siento explotar...

Vivo intensamente, pero no puedo evitar pensar que ese hechizo terminará pronto, y a pesar de sentir el cansancio, la sed, el calor, lo entregamos todo y lo vivimos todo. Hasta el fin... hasta que las luces se encienden, y volvemos a ser lo que eramos. Pero con una sensación que se queda todavía con nosotros... la de haber vivido algo realmente grandioso, algo mágico, algo sublime.



Gracias Catupecu Machu por hacer que viva tan intensamente la música, por llenar mis días de notas de vida, de mágica poesía, de rock.








La música puede llevarnos a lugares irreales y hacernos sentir plenitud. No importa qué estilo, a qué volúmen, con qué frecuencia, cada persona puede regalarse cuando lo desee un momento de estos... ¿Con qué música llenás tu alma?



PD: los dejo sólo unos días, ya que me voy de vacaciones al mar!!! Gracias por acompañarme en este 07 y que este nuevo año nos regale más amistad. Los quiero gente... nos leemos en un par de días!