viernes, 24 de abril de 2009

...


Aunque no me esperaban, los sorprendí en su adolescencia... Qué raro! Yo que soy muy impuntual, llegando tan temprano a sus vidas. Y como siempre, en fila india, tomados de la mano, mis hermanos siguieron mis pasos, sobre el mismo recorrido.
Supongo que habrá sido difícil, que la habrán remado muchísimo, pero no me acuerdo. Sé que se esforzaron y sacrificaron miles de cosas, pero no me lo reprocharon. Me imagino que era desesperante la poquita plata que teníamos, la humilde casa en la que vivíamos, los lujos que mirábamos de lejos, pero así y todo, nunca me sentí pobre...

Ladrillo a ladrillo el hogar se constituía. En las debilidades ibamos encontrando las fortalezas. Y en ese mundo que construían para nosotros, solo había lugar para recuerdos buenos, porque en ese mundo hermoso e ingenuo, lo más importante, lo más valioso, no se medía con dinero, el tesoro se mantenía invisible...

Crecer en una familia así, fue algo valiosísimo... Saber que no todos tenían esa suerte, era mi secreto orgullo. Y aunque el mundo me mostraba miles de fracasos, mi casa se erigía como un estandarte, una excepción, una luz...
...

Hoy las cosas cambiaron. En el piso hay cristales rotos que enmarcaban fotos de tiempos felices...

El se fue de casa...