viernes, 29 de mayo de 2009

Como un cuento de hadas...


Tenía frío, mucho frío. Era lógico, estaba comenzando junio. Lo raro es que así se sentía desde hacía meses... El clima tiene sus temperaturas naturales, pero su alma vivía en un prolongado invierno...

Y así caminaba errante por el bosque, con manos frías y voz ahogada. Las alas caídas, los ojos brillantes. Las hadas tristes pierden su magia, le decían, pero ella no lo creía. Y allí estaba, cumpliendo la ley de los sabios, sin magia, sin razón de ser...

El bosque a su alrededor construía y desarmaba vida. Su ciclo inalterable, le era indiferente a esa hadita que avanzaba hacia la nada, que se perdía entre las bambalinas de ese todo que era el bosque...
Un día supo ser mágica y brillante! Alegre y sagaz... Dando lo mejor que tenía, volvía a llenar su ser con los mejores deseos para sí misma y para los demás. Y en esa etapa de oro, lo conoció a él, aquel centauro majestuoso e imponente, fuerte, seguro y libre... tal vez demasiado.

Este centauro vivía su vida sin eternidades, con una nueva aventura cada día. Hazañas, descubrimientos y amores únicos, que no reperían ni escenarios ni actores. Vida salvaje y nómade, en constante evolución...
Y un día, el lapso máximo para el centauro, fue todo lo que compartieron. El hada vivió 24 horas de esas que se deslizan lentamente, que pueden cobijar un sinfín de diversas experiencias, que pueden modificar tu existencia y cambiarlo todo. El centauro vivió 24 horas como las que emprendía cada día, llenas de adrenalina y con hora de partida, con adioses eufóricos, de vistas al frente y sin tristezas...

Y los colores y aromas que envolvieron a esta hada por aquel radiante día, se fueron junto a los pasos de aquel independiente ser. Se creía en un bosque de verdes opacos, con sonidos de lamentos, con humedad de llantos...

Cuando detuvo sus pasos, fatigada de ese paseo autómata, cayó a tierra sin fuerzas. No sabía cuánto tiempo había pasado, cuando sintió una cálida mano corriendo el cabello que cubría su rostro. Con la mirada cristalizada, no lograba ver quien la ayudaba y mecía en sus brazos...

Y allí estaba un hado, mágico y vivaz, como ella supo ser. Servicial y repleto de calidez, como ella supo ser. De ojos cándidos y bondad, cómo ella supo ser. Y mientras paseaba por el bosque, no sintió aquellos exóticos y novedosos aromas que conoció con el centauro. No se deslumbró con fosforecentes y psicodélicos colores como con aquel. Redescubrió su hogar tal y como ella lo amaba. Escuchó los sonidos más conocidos, y a la vez tan extrañados... Todo volvía a tener sentido, en aquellos brazos creados para ella...
...

Y colorín colorado... este cuento ha terminado! :)

miércoles, 6 de mayo de 2009

Un cuarto de siglo para mi :P


Bueno... llegué a los 25 pirulos! Parece muchio, pero me siento una pendex! :P

Me autoregalé un pequeño tatto con 3 estrellitas en el dorso de la muñeca derecha. Pronto compartiré la foticho!

Gracias a los amigos que siempre pasan. "Monetizan", como dice Blogger, este pequeño mundito.

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UPDATE!!! Fotos de mi tuttú :P



(el rayón fue obra de Vicky, con un lápiz negro con mucha punta) :O