
Este finde vi una peli sobre la vida de Jane Austen.
No sé si todos la conocerán... Al menos yo he leído varias de sus novelas y las disfruté. Están ambientadas un par de siglos atrás, pero siempre me sorprenden encontrar sucesos citados en las novelas, que siguen vigentes. Quizás no sea una lectura "para hombres", pero no voy a volcarme en estas rosas novelas de amor (al menos en esta ocasión!) :P
La cuestión es que me gustan los finales felices. Cuando los veo o los leo, me embarga una especie de justicia, que aplaca la silenciosa desesperación y desaliento de los finales notanfelices de la vida real. Me gusta pensarlo como un mundo ideal, donde los amores se dan, donde los malos la pagan, donde los problemas se superan.
De todas maneras, soy conciente que en la vida real, llegamos a vivir "momentos de película". Y de allí surgirá mi apego a ellos, seguramente... Pero este finde vi algo que me perturbó. Jane Austen, no tuvo ni final feliz, ni grandes amores, ni nada que se le pareciese.
Sin dudas que fue una mujer muy audaz, inteligente y transgresora, pero faltó eso que es protagónico en sus escritos... el amor, la tenaz lucha hasta lograr la felicidad, la merecida recompensa... De alguna manera ella creó a través de la pluma y el papel, el mundo que la realidad le mezquinó tanto. Tomó lo mejor de las personas que quería, los adaptó a un personaje, y les regaló aquello con lo que soñaban... hizo esto incluso con ella misma!
Creo que cada uno crea esos espacios donde todo puede ser, donde la perfección tiene un sentido concreto, donde siempre hay espacio para todo aquello que nos hace bien.
Parte de MI mundo, es esto. Son ustedes. Y eso que nos regalamos mutuamente.
Me pregunto en qué basan sus mundos ideales...
PD: Ayer mi blog cumplió un añito! :)
(Se aceptan besos, abrazos y porsupus, regalos!!!) :P