
La verdad es que hace días vengo "intentando" hacer un post decente. Los resultados fueron muy variados, pero la cuestión es que ninguno me terminaba de convencer...
Me da bronca no poder extender mi lado del puente de la comunicación. Bronca por no dejarme caer en la simpleza de un mensaje, ya sea cotidiano, o de alguna experiencia pasada.
En mis comienzos en el mundo blogueril (jaja, me encanta esa palabra! :), conversando con Facundo, el que no se hequiboca, coincidimos en que sería desagradable usar un blog como una especie de "diario íntimo". Al menos yo me refería a ese hecho como algo muy adolescente, algo hueco, sin esencia. Compartir algo que en realidad a los demás quizás no les interese, y que ni siquiera entiendan. De alguna manera nos compadecíamos de ese hipotético colega blogger.
Pero estos días en los que quería compartir algo y no me salía, caí en la cuenta que todos los intentos, estaban mechados de cosas muy mías, personales, importantes. Y releyendo todos los post anteriores, ese es un factor que me caracteriza, que a pesar de renegar de esto, es tan parte de mí como lo es mi pelo negro, mi personalidad a veces infantil y mi tranquilo temperamento...
Supongo que sólo me quedará acostumbrarme a esa idea de mí. A seguir compartiendo aquello único que me surge. Aquello que me sirvió para conocerlos y que me conozcan.
Creo que mi bloqueo sigue en pie. Pero sepan que esto de un momento a otro pasará. Y no tendrán otra escapatoria que leer mis románticos versos escritos en hojas amarillas del pasado...
Esperen por mí.
Un beso grande :)