
Tarde pero seguro! Les cuento qué hice en mi finde en el marrrrr... :)
Si hay algo que nos gusta a "Los Juarecitos" (léase mi familia) es viajar todos juntos y pasarla bien. Si falta alguno, se reprograma hasta que quepan todos en la aventura! Y no es de esas familias que se achican al crecer los hijos, nononoooo, es de las que suman gente! En este viaje en particular, se sumó mi cuñado, haciendo un total de 8 personas rumbo al mar.
A las 5.30 de la mañana apróx. arrivamos a la entrada de Mar de ajó... Esa que desde chiquita presagiaba el final del larrrrrgo viaje en ómnibus hacia las vacaciones de verano. En los tiempos de mi infancia la familia era más chica, definitivamente los "novios" del jardín no se colaban, y toda la expectativa se reducía a meterse en la orilla de la playa y hacer castillos (de aparencia de derrumbados) con los baldecitos... jajaja, qué tiempos! Muchas cosas de mi niñez dejaron de ser, pero hay otras en las que me aferro fuertemente. Y eso lo comparto con mis hermanos, al salir a caminar hasta el muelle, al jugar al voley con viento, al ir trotando con el mar de escenario (salvo comprobar tristemente que uno no tiene el mismo aguante que hace unos años, je), o ir a jugar a alguna plazita sin demasiados testigos. :)
Ir a los "jueguitos" de San Bernardo ya es un ritual. Hacernos los capos jugando al ping pong también, y más cuando jugamos dobles! Y la carrera del Daytona infaltable... ahí sí que es a cara de perro! :P
Y como nunca falla, en algún momento TIENE que llover... pero eso no importa. Ir a la playa cuando el cielo amenaza con caer es hermoso. Ese cambio en el viento, los dibujos de las nubes, la tempestad de las olas... sin dudas un show para disfrutar hasta el abismo, y después salir corriendo para no empaparse!
El domingo, a pesar del inminente frío, nos escapamos a una granja de Costa del Este, bien agreste, con laguna, una besheeeesa! Mil fotos, asado, paseo en botecito, y una tarde gastada en lo alto de un árbol... El sol escondiéndose en la laguna, yo sentada en la rama más alta del árbol, el viento quieriéndome empujar suavemente, y esa música que sólo la naturaleza sabe tocar...
El último día siempre vuela! El reloj de arena se diluye a gran velocidad... Levantamos campamente de la casa de mi tía... De repente el hogar cálido y ordenado vuelve a tomar forma, el huracán Juarez vira hacia el norte, y se pierde en el horizonte...
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Y acá tuve que volver... me traje bellos recuerdos, algunos congelados en fotos, me traje aire de mar para respirar cuando los problemas me quieren ahogar, me traje unas caminatas sola por el mar (aunque en un momento sentí a alguien cerca :) y lo más importante, volví sabiendo, una vez más, lo afortunada que soy de tener una familia así.
Gracias por llegar hasta acá... se hizo largo, y aún me quedaron cosas que contar! :P